
Endulzará las aguas
Viajarás al borde de la niña
De mis ojos
Que llorará
Sólo a veces
Esos días en que el viento
Levante la copa
De los álamos
Y brinde
Por lo que dejas a mi cuidado
Un rosal
Un techo sobre el que la lluvia
Se deslice
En las tardes de otoño
Y un retoño
Que sabrá
Remar aguas arriba
Y echar a volar
Tus cenizas
Darán cuenta
Qué tan lejos
Llegó
La historia en la que no
Creímos
Que sí.
norma etcheverry, La Plata, principios del otoño, 2008.
6 comentarios:
Che, qué buen texto... Me encantó. Para los que vivimos a la vera de un río o de arroyuelos, la textura de tu poema llega.
Andrés
hola Norma
cómo andás?
hace años tengo tu poema El Principio
y lo leo
y lo leo
qué bueno encontrarte
aunque no te conozca
me acompañás desde hace mucho
beso
linkée unos de tus blogs en el mío
después descubrí que ahí no es posible dejar comentarios
besos
acá hay que pegarle a las LeTrAs
quise decir
uno de tus blogs
bellísimo y contundente, sobre todo para quien ha despedido "un cuerpo en la canoa", por el río de donde no se vuelve y en la tristeza, recorre las herencias recibidas.
Carlos
Las devoluciones sinceras de la gente --algunos incluso que no conozco--justifican mis intentos. Como dice, poco más o menos, Juana Bignozzi, "la poesía tiene que servir para acompañar a alguien alguna vez en la vida".
Eso, creo, es lo que vale realmente la pena.
Gracias por sus palabras. Acompañan y justifican.
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