sábado, enero 05, 2008

El sexo



Algunas noches de invierno se detenían a comprar chocolates, aquí mismo --cuenta--, mientras camina con Aachen hacia Le Figaró, a tomar café y relatar viejas historias hasta la madrugada.
Al principio él no la veía --dice--, pero cuando la descubrió ya no quiso alejarse de ella. La primera vez ella no sabía nada de nada. No comprendió enseguida lo que había sucedido. Era una tarde cruzada por un viento helado. Habían almorzado cerca de la vieja cocina a leña, tomaron vino y luego comieron el postre. Fue la única vez en su vida que ella hizo ese postre alemán. Y también la única vez que ha estado frente a un hombre así, desnuda con esas medias blancas, de colegiala, hasta la rodilla.
-Debe haberle parecido algo tierno, ¿no te parece? O tal vez ridículo...-
Aachen ríe. -¿Y luego? –pregunta.
-Luego ya no quiso estar con él. El pensaba que era su culpa, no entendía lo que había pasado. Comenzó a trasnochar. No se afeitaba y solía aparecer tarde por los lugares de costumbre. No volvieron a hablar sino luego de varios meses. Ella no intentó explicar nada. Dijo solamente que no sabía por qué hacía las cosas de esa forma. No había maldad en ella. Era imposible no creerle si uno alcanzaba a ver el terrible debate de su interior.
-Ya no volvieron a verse ?
-Sí, sólo una vez. Casi un año más tarde, él llegó con el rostro desencajado. El mar se había devorado a sus padres, y no tenía a nadie más en el mundo. Ella hubiera querido abrazarlo, dejarlo llorar por fin. Pero en cambio se mostró con una amabilidad cortés y distante.
Pasaron muchos años antes de entender. (de "La vida sin O")

viernes, enero 04, 2008

Lo epistolar

La inundación pasó. El viento del norte ayuda a secar los muebles, y también los pliegues de la vida. Una gran caja de papeles, y libros, y viejos periódicos.
Sellos extranjeros aparecen ante mis ojos. Letras queridas que nombran lo que ya no está: Cariños desde Pavía para M. (desde algún lugar sonríe, ahora mismo, lo sé).

¨Cómo fue que te encontré? ¿Te encontré? ¿O simplemente te preví, te adiviné en la multitud? Te imaginé con alas, de incógnito en la tierra clamando justicia por los hombres, en esa hora y lugar, igual que yo. (...)
¿Se acaba el amor? O nosotros, estas ¨almas empeñadas en crecer¨ lo transforman, lo ajan, lo estropean todo.. ¿por qué será que se vuelve cotidiano hasta perder la magia? ¿por qué gastaremos la vida con palabras?
¿O lo que se pierde es el encanto de la exploración.(...)?
Tal vez sea inmadurez.
O sólo es esta ciudad que, como en un espejismo, nos ata y nos desata del deseo, nos cuelga y nos corta las alas, una y otra vez, hasta agotarnos....¨ La Plata, Lee Osw.




¨(...)J´espere que tu voudras bien pardonner mon long silence.(...) Oui, j´aime aussi aller voir la mar en Normandie, ce n´est pas trés loin (200 km.)… J´aime cette region, car l´eloignement de Nancy par rapport a la mer me fait l´apprécier loinsque je peux y aller.(...) et puis, l´arriére-pays normand est trés beau avec ses veilles maisons au tois dee chaumes, beacoup de petits chateaux du début du siécle...¨ Nancy, Philippe Dorbais




“Hay un lugar del desafecto, tiempo antes y tiempo después...sin plenitud ni vacío...” Eliot otra vez, mientras también llueve sobre el cielo de la isla. No obstante, ha sido un vuelo tranquilo. Sé que no es igual, nada lo es. Nunca. (“Adelante vosotros que creéis estar viajando/ vosotros no sois aquellos que vieron alejarse el puerto/ o que desembarcarán...”) Me gustaría saber qué piensas...qué haces...hasta cuándo te quedarás allí...por mi parte, ya sabes, planeo leer mucho y caminar durante horas por la arena blanca pensando cómo es que he podido vivir casi toda mi vida sin saber nada de mi padre. Es estúpido, pero ahora que ha muerto necesito saberlo todo. ¿Tú crees que sea demasiado tarde?” Ilha Grande, Augusto.




¨(...)Debes saber como terminó nuestro viaje por el Altiplano. Cuando te fuiste, compramos billetes para la flota más barata que había y a 70 kilómetros de Santamaría, el motor se rompió. ¡Mein Gott! Aunque empujamos todos, ya no se movió más. Nos quedamos toda la noche en una carretera oscura y recién a la mañana siguiente salieron a comprar repuestos. Nosotras decidimos hacer dedo y seguir, pero entonces nadie se ofreció a bajar las mochilas de esos micros que ya conoces, donde todo el equipaje se lleva en el techo. Así es que nosotras mismas subimos hasta allí, y nos bastamos para hacerlo. Te imaginas cómo nos miraban las cholitas? "Was ist das?" Finalmente se detuvo una camionetta cargada de maïs y nos llevaron. Nunca hice un viaje tan lindo. Al aire libre, sobre una cama de maïs atravesando el paysaje lindíssimo alrededor de Santamaría. Creo que igual podríamos haber ido a pie porque iba tan despacio...pero fue bellíssimo.¨ Sttutgart, Silke Pfeiffer




“Qué tal? Hoy es el día siguiente al que te fuiste...anduve con ganas de escribirte todo el día...aunque a veces, no sé si todo lo que quiero decir, podré escribirlo...ayer, a los dos minutos que te fuiste, empezó a llover. Pero el buen tiempo no se fue con vos...y hoy fue un día maravilloso. Vinimos en bicicleta por la playa, hacia donde se pone el sol. Y ahora, acá estoy, apoyado en un tronco que vaya alguien a saber de dónde vino...y sin saber para dónde irá. Anoche hubo una tormenta impresionante, truenos, rayos y una lluvia muy fuerte...me puse a mirar por la ventana de mi cuarto y me acordé de la noche que llovió, cuando estabas aquí, en que llegué empapado y te abracé, y me quedé mirando por la ventana hasta dormirme...” Costa Bonita, Ramón.





(...)después que los ¨pacos¨ dan la pasada podemos vender bien. Las calles de Santiago se llenan de vendedores y artesanos. Esto sucede despues de las 8 P.M., cuando ellos se van con algunos detenidos y sobre todo mercadería, que ya no se podrá recuperar pues para hacerlo hay que pagar una multa importante. Otra contradicción del sistema. ¿Quién puede soportarlo? Pues millones. Millones soportan hasta que por allí estalla el odio de algún delirante que le parte una botella en la cabeza a uno de ellos, como sucedió el último miércoles en la Plaza de Armas.¨ Santiago de Chile, María.




¨(...)Nesse instante vocé debe estar a caminho da tua terra, e por isso resolvi escrever para que tu nao acabe esquecendo dá gente tao depressa...¨ (...)a América latina aindo acredita no homen eleito como saída, por isso votamos, mais é só ilusáo, a América latina náo é nossa, somos manipulados pelas nacóes industrializadas que nos sugam; e aí eu pregunto: até quando?..." Porto Alegre, Joao Leitte




“Hoy estuve en tu casa, a la mañana. En la puerta, mejor dicho. Cuando volvía, el perro siempre acompañándome, me crucé con un cortejo fúnebre. Hoy fui a tu casa, y te invité a despedirnos de la forma más dulce posible. De la mejor manera. No sé hasta cuando, o no sé si “hasta”. Sólo quería darte un poco más de todo lo que tengo para darte, y quería que me dieras un poco más de todo lo que tienes para darme. Porque no tuve ni tuviste tiempo. No hubo tiempo, no sé por qué, no sé por qué diablos...no sé si alguna vez podré saberlo...” Alexandría, Joe.



“…Es cierto que una golondrina no hace verano. Una bandada…Una bandada es mágica, porque puede que tampoco haga verano pero puede ayudar a recordarlo.
Una bandada puede hacer muchas cosas, traer sonrisas, pensamientos, olores(…)Y lentamente mis cartas, habrá notado, se hacen más extensas…no crea que pienso buscar la razón, de ningún modo. Hay cosas que se toman sin más que el placer de tenerlas, o hacerlas. Sencillamente, me ha dado letra. Pero ahora quisiera pedirle algo: no deje de hacerlo, no deje de darme letra. Si lo hace, será condenada a las más oscuras tinieblas de papeles vírgenes, yermos o desérticos, lo que más le sugiera la idea…” Ostende, el señor DV





¨(...)Te confieso que he llorado con tu carta, pero vamos, no es tuyo solo el mérito sino que estoy muy sensible. Es que hace mucho que no lloro a pesar de que tuve y tengo buenos motivos para hacerlo. Cosas muy fuertes contenidas. Buenas y malas, aunque más de las últimas. La enfermedad de mi padre y también el final con Clara. Ni por esto, ni por otras tantas cosas, he podido llorar. (...) Lamento decirte que me parece que se repite el viejo problema de ¨independencia o pareja¨, ¨soledad o dependencia¨, que es lo mismo. Y eso no puede ser, no debería ser así. Todos necesitamos amar, ser amados, y a la vez sentirnos libres...¨ Valle del Río Negro, Miguel.





"(...) Por lo demás, mis días navegan en aguas asquerosamente mansas. Aunque ya me desacostumbré a las tormentas, a los vendavales y al mar de fondo, te confieso que siento nostalgia de aquellos días en que las olas sacudían la barcaza y me empujaban a playas donde me esperaba la vida con los brazos abiertos..." El Trapiche, Pablo




"Mañana pienso ir al Museo de Arte Moderno. Hay mucho Picasso, Van Gogh, Cezànne, Gauguin...cada día me siento más cerca de los colores...y más lejos de lograrlos. Me gusta la ciudad pero a veces siento deseos de volver a casa. Acá la gente es indiferente a todo, hasta el dolor de los otros es algo tan cotidiano que pasa inadvertido. Estoy rodeado de un progreso sin contenido, miles de edificios imponentes pero la mayoría de la gente, sobre todo en los pueblos del interior, es analfabeta. Creo que pienso demasiado, ahora mismo sentado frente a la vista del río Tiradentes, (por cierto un paisaje hermoso) no puedo alejar de mi mente nuestros sueños de la taberna, las noches culturales, y por supuesto, tus labios". Dosbani, Gastón.





Cuando el agua bajó, la línea de su rastro quedó dibujada en las paredes. Era trabajoso saber dónde estaba cada cosa. Todo había sido levantado a cualquier lugar, ubicado de cualquier forma con tal de no perderlo.
Las cartas que se escribieron en distintos lugares del mundo y en distintos lugares del alma, descansan sobre el tendedero de la ropa.
El sol entra a las casas ...
Habría muerto de tristeza.
Sí, habría muerto si todas las palabras hubieran sido arrastradas por el agua. (de "La vida sin O")

Por quién doblan las campanas?, diría el viejo lobo de mar

¿Quien no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quien quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quien no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quien puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de éste mundo?
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuída,
Como si fuera un promontorio o la casa de uno de tus amigos o la tuya propia.
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta
Porque me encuentro unido a toda la humanidad;
Por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.
(John Donne)